jueves, 22 de septiembre de 2011

Entrenamiento funcional con la Fitball



La Fitball o pelota suiza aún es una desconocida entre muchos de los deportistas que habitualmente entrenan. A simple vista una fitball simplemente es una pelota grande, de goma. Parece más un material lúdico para los niños que no una herramienta de lo más cómoda y útil para entrenar y rehabilitar nuestro cuerpo.

Estas pelotas gigantes se utilizaron por primera vez por allá los años 60 en Suiza, pasando posteriormente al resto de Europa, Australia y América. Como muchas de estas herramientas, la fitball surgió con una finalidad terapéutica y de rehabilitación, muy centrada en los problemas de espalda, rodilla y hombro, además de tratar problemas de equilibrio y postura.

Al poco se vio que su utilidad podía ir a más y fue durante los años 80 que la fitball se abrió al mundo del fitness.

Veréis que hay varias medidas de pelotas en función de lo que queramos trabajar y de nuestras características y su precio ronda los 15-20 euros. Así que puede ser una buena opción a tener en casa para todos aquellos que tengáis o queráis tener un mini gym casero.

Una de las características de la pelota es que nos proporciona una base inestable. Esto hace que nos sea más fácil reclutar y controlar los grupos musculares que estamos trabajando en ese momento, implicando así la musculatura estabilizadora lumbar y pélvica, evitando futuras lesiones de espalda.

La imagen que nos viene enseguida a la mente cuando pensamos en la fitball, es la imagen de una persona sentada encima de ella. Este podría ser el ejercicio más simple que podemos hacer: sentarnos y mantener el equilibrio con la espalda erguida. Gracias a su base inestable nuestro cuerpo deberá realizar constantes y pequeños ajustes para poder mantenernos encima de ella (¡hay quien utiliza la fitball como silla de escritorio!). Estos ajustes favorecen la circulación de los discos intervertebrales y fortalecen los músculos de la espalda. Si además, le añadimos unos pequeños rebotes sobre el balón, estos, nos conducirán a sentarnos manteniendo una postura correcta y ayudarán a fortalecer nuestros músculos posturales. ¿Fácil, no? Material económicamente asequible y con este ejercicio básico (y que no cansa, jeje), ya podemos mejorar nuestro cuerpo y tener más calidad de vida.

A parte de lo comentado anteriormente, la fitball nos puede dar más beneficios:

■Nos ayuda a entrenar de una forma funcional (leed el post anterior sobre entrenamiento funcional)
■Mejora nuestra fuerza y tono muscular.
■Nos ayuda a mejorar nuestra flexibilidad de una forma muy segura.
■Mejora nuestra estabilidad y equilibrio.
■Para todas las edades.
Y además la podemos utilizar en cualquier momento y lugar. Para los que no os gusten las pesas, tenéis en estas pelotas una herramienta brutal.

Empieza a ser frecuente ver deportistas de élite (futbolistas, jugadores de básquet, corredores…) utilizar la fitball a diario. Repito, tiene un potencial enorme.

Eso sí, debemos vigilar el tipo de ejercicio que hacemos y a qué intensidad lo practicamos. Como todo, debemos empezar poco a poco, progresando y será el mismo balón el que nos dirá si vamos progresando correctamente. Además le podemos añadir a lo ejercicios, bandas elásticas, pelotas medicinales…

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